¿Sientes que te cuesta trabajo alcanzar tus objetivos propuestos?
¿Cuántas veces te has planteado metas que luego no has podido cumplir?
Tener objetivos que perseguir en el día a día es lo que nos hace movernos, fijarnos metas y luchar por ellas está íntimamente relacionado con el bienestar y la salud mental.
En otras palabras, establecer metas nos ayuda a estar bien. Sin las metas, parece que nuestra existencia va a la deriva, sin rumbo y sin capitán.
Pero claro, cuando esas metas no se consiguen, entonces es cuando vamos cuesta abajo y sin frenos.
Seguro que lo estás pensando…
¿Por qué nos cuesta tanto conseguir nuestros objetivos?
Pues por una mezcla de varias cosas:
El presente nunca más se va a volver a repetir: Nos cuesta centrar nuestra energía y atención sin distracciones y nos cuesta estar presentes aquí y ahora. ¿Cuántas veces estás haciendo las cosas con la cabeza en otra parte?
Además, solemos estar con un pie en el pasado y otro en el futuro, pero nunca en el presente.
Sí, por ejemplo, ahora te pregunto: Del 1 al 10, ¿podrías responder cómo de presente estás ahora mismo? Sí, sí, ahora que estás leyendo.
Si eres de las que siempre tiene muchas cosas en la cabeza, te propongo algo sencillo pero efectivo: Piensa qué cosas tendrías que apartar de tu mente para centrarte en este momento.
Fijamos metas que realmente no son nuestras: El verdadero punto de partida es definir bien qué metas quieres conseguir.
Este paso, que parece obvio, es fundamental porque, a veces, creemos que tenemos nuestros objetivos clarísimos y no es así.
Puede que te dejes influir por las circunstancias, la familia, los amigos, incluso las redes sociales, pero tenemos que ser honestas: ¿son esas tus metas, tu realidad, tu vida o son más bien las de los demás?
Falta de motivación: La falta de motivación es la principal causante de las limitaciones que nos ponemos para avanzar.
El éxito no se consigue si no estamos realmente motivados con nuestra causa, al final intentarlo solo podría hacernos sentir mal con nosotras mismas.
Si consideras que la falta de motivación te ha afectado es porque quizás tus objetivos realmente no te llenan.
En ese caso es importante que te plantees si realmente quieres concentrar tus esfuerzos en ello, o si no es así.
Leer libros de coaching y conocer historias de superación puede ayudarte a levantar tu ánimo y a adquirir un poco más de motivación.
Bien, ahora que más o menos entendemos por qué no conseguimos nuestros objetivos, viene la pregunta del millón:
¿Cómo alcanzamos nuestros objetivos?
1 Ten un plan: Es fácil pensar, “Quiero perder peso este año”. Pero no solo basta con pensar que queremos hacer esto, debemos fijarnos una meta concreta y realista.
¿Cuántos kilos puedo y debo bajar de peso? La salud es lo primero. Puedo bajar de peso en forma drástica, pero no es saludable en ningún aspecto.
Es necesario que te preguntes, ¿Por qué quiero alcanzar este objetivo? Y tras ese momento de reflexión sabrás si has definido o no bien tu sueño.
Una vez que tengas claro el por qué de querer conseguir ese objetivo, te aconsejo que transformes tu propósito en una meta SMART, te explico:
Específica o concreta (Specific): Querer estar saludable, viajar, cambiar de trabajo, leer más, aprender un idioma, por ejemplo, no son metas concretas. Les falta el qué exactamente.
Medible (Measurable): Tienes que tener forma de saber que vas avanzando. Por ejemplo, en el caso de los libros sería cuántos libros te quieres leer al mes o al año.
Alcanzable (Achievable): Tienes que tener capacidad para hacerla posible. Sería poco probable, por ejemplo, que pudieras leer un libro cada día.
Relevante/Realista (Relevant/Realistic): Tu meta debe ser acorde con tus valores, tu personalidad, con lo que te importa, en definitiva.
Limitada en el tiempo (Time limited): Si tu meta no tiene fecha de término, será muy difícil cumplirla.
2 Haz una planificación y divide tus grandes objetivos en pequeñas metas.
Es decir: Define qué pasos debes dar para alcanzar tus objetivos.
Si tienes una buena meta, pero aún se te resiste, puede que tus pasos para alcanzarla sean demasiado grandes. Si no eres capaz de hacer 20 minutos de bicicleta, puedes reducir a 10, por ejemplo. Así irás conformando un hábito; es la única forma de avanzar.
En esta fase puedes plantearte algunas dudas como, ¿Puedo hacerlo sin ayuda o requieres apoyo?
Puedes pedir ayuda a personas que sean referentes para ti porque ya hayan conseguido lo que tú deseas o a un coach que te guíe en el proceso.
Una vez que tengas toda la planificación lista es necesario que te pongas en marcha.
Si tenemos ideas, pero no las ejecutamos, todo este esfuerzo habrá resultado en vano.
Para muchas el paso más difícil es empezar, pero debes tener en cuenta que cada pequeño paso que des, supone acercarse un poco más a alcanzar tus objetivos.
3 Recompensate a menudo.
El cerebro quiere sentirse bien, por lo que buscamos el placer, estar a gusto. Si tienes un objetivo a largo plazo, es posible que haya más de un momento aburrido o frustrante.
Aunque sepas que cuando termines aquello que has hecho con esfuerzo te vas a alegrar, siempre en el camino surgirá algo más tentador. Por eso, vete recompensando cuando des pequeños pasos.
Elige tu premio a conciencia y no te olvides de la alegría y de celebrar que te superas día a día. ¡No seas tan dura contigo misma!
Si necesitas ayuda con todo esto, reserva una sesión gratuita conmigo donde te ayudaré a que tengas claridad sobre tu siguiente paso profesional.
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Y recuerda,
Crea tu buena suerte con confianza, coraje y constancia. Y haz que suceda.
Un abrazo y gracias por acompañarme semana a semana.
Marta