ADIÓS culpa. Hola NO.

Desde el comienzo de la historia, las mujeres hemos cargado con la culpa. Si no que se lo digan a Eva, Adán le dió un mordisquito a “la” manzana y boom! quién es la culpable? Eva. Y a partir de ese momento, Eva se convirtió en Miss responsable del pecado original y fue expulsada del paraíso.

Y desde entonces , hemos ido añadiendo y arrastrando culpa por todo y más.
La culpa puede evitar que salgas un viernes a las 3 de la tarde para ir a buscar a tu hijo al cole aunque hayas terminado las tareas del día. Puede fastidiarte el día libre, aunque te lo deban. También puede evitar que te cojas 3 meses sabáticos que te corresponden por antiguedad. Puede impedir que rechaces esos cometidos adicionales que tus colegas (masculinos o milenials) no quieren hacer.

¿Quieres ejemplos de los “mea culpa” clásicos? A ver si te identificas.

  • Sales de la oficina a las 6 de la tarde y vas a tu clase de yoga. Y piensas, “buff”con todo lo que hay que hacer y yo me voy tan pronto.
  • Te queda una semana de vacaciones, antes de que termine el año. Pero te “da cosa” marcharte y dejarle todo el lío a tu equipo. Pobres se van a comer “el marrón” solos.
  • Llevas 15 años trabajando en la misma empresa y tienes derecho a 3 meses sabáticos. Pero claro, nunca es buen momento porque le haces un “roto” a tu jefe. ¿Cómo se va a quedar solo con todo con el lio que tenemos?
  • Solo hay un día a la semana que te vas a las 17h de la tarde y es para recoger a tu hijo y llevarle a clase de natación. A las 16.40 aparece tu director/a general con una carpeta azul y una petición. Un informe detallado sobre un proyecto en el que estás trabajando. ¿Cómo te vas a ir? y en ese instante te imaginas la carita de decepción de tu hijo.

¿Te identificas con alguna?

Decir mujer es decir emociones. Tenemos un don natural para ellas. No en igual medida, claro. Y aunque nos aportan mil millones de cosas buenas, la intuición, la empatía también tienen una cara b. La complacencia.

Lo creas o no, hay mujeres, ahí fuera, que han conseguido controlar sus emociones y las han puesto a trabajar a su favor.

Como en todo, hace falta práctica y perseverancia. Aunque siendo mujer profesional, probablemente se te den bien ambas dos.

¿Cómo luchar contra este sentimiento de culpa que tienes?

El sentimiento de culpa es una emoción escurridiza. A diferencia de otras como la rabia, el amor o la tristeza, tiene la habilidad de operar en la trastienda sin que te enteres. Eso implica que primero tienes que detectarlo, entender la emoción que se oculta tras esos pensamientos negativos y autoinculpadores. A partir de ahí los pasos a seguir para extirpar la culpa son sencillos.

Womenomics, libro nº1 de la lista de los más vendidos por el New York Times y escrito por dos mujeres periodistas, que aprendieron a manejar la culpa y a decir que no, te recomienda 6 sencillos pasos para extirpar la culpa de una vez por todas.

Paso 1: Haz las preguntas adecuadas.

  1. Te sientes como si hubieras hecho algo malo, pero ¿es así? Has mentido, engañado o decepcionado a alguien?¨
    ¿Tal vez no es culpa sino remordimiento? Si la situación ha pasado haz algo al respecto y sigue adelante. Envia un mail, haz una llamada, explicate, disculpate y sacatelo de la cabeza.
  2. ¿Estoy exagerando el sentimiento de culpa?
    A menundo el sentimiento de culpa es justificado, pero su respuesta es desproporcionada. Imagina que alguien hace aquello de lo que te sientes culpable. La mayoria te dirían “Bueno, lo que has hecho no ha estado bien pero tampoco ha sido para tanto”.
  3. ¿Sufro un sentimiento de culpa injustificado?
    En la mayoria de los casos es así. Pongamos que tu jefe te insinua que aunque el viernes sales a las 15h estaría bien que echaras una mano en un proyecto. O que ese día que tienes libre te plantees cancelar tus planes. Y ahí empieza tu “runrun”. Me van a despedir como no lo haga, seguro que mi jefe piensa que soy una vaga redomada sin ambición, etc. Aprende a darte cuenta de la tormenta antes de que lleguen los truenos de la culpa. Y verás que es injustificado. El día libre es tuyo y los viernes por la tarde también. No renuncies. Negocia.
    No puedes ni debes estar disponible las 24h los 7 dias de la semana.
    Y cuidado porque te intentarán hacer sentir culpable, te harán chantaje emocional para que la culpa te coma y cedas. Y ahí está la trampa.

Si llegas a la conclusión de que tú te sientes culpable para que otra persona salga ganando, desterra ese sentimiento a la velocidad del rayo.

Paso 2: Anótalo todo

Haz una lista precisa de las cosas por las que crees que deberías sentirte mal, Tus típicos “mea culpas”.
Estudia detenidamente la lista. En otro papel hay una lista con todo lo que te alivia y te hace sentir bien. Pej.: He pedido el día libre. Todo el mundo se pide días libres en la empresa. Me voy a comer, no a China. Sólo estaré fuera una hora.

Paso 3: Imagina a tus jefes en pañales

Piensa que tus jefes son niños llorones necesitados de un poco de disciplina. Parece tonta la analogía pero en realidad es muy similar a la educación de un niño. A lo jefes hay que ponerles limites. Y en el momento que empieces a hacerlo ganarás poder personal y cuando te vuelva a plantear una petición de trabajo poco razonable ya habrás sentado un precedente y lo manejarás con menos tensión.

Paso 4: Cambia la banda sonora

Pronto podrás prescindir de las listas y lo harás todo más automaticamente y en menos tiempo. Podrás interrumpir un proceso que te bloquea y desgasta y seguir adelante. En el momento que aparezcan pensamientos negativos, cambia de emisora. Dale la vuelta a tu pensamiento interno y en vez de pensar lo que no has hecho piensa en tus logros, tu fortaleza y las cosas que si has realizado. El otro día hablaba con una amiga y le decía, tengo la sensación que he desaprovechado el día y no he hecho nada. ¡Con todo lo que tengo que hacer! Y ella me preguntaba, que has hecho hoy exactamente. Y al detallarle mi día, me dí cuenta que había realizado un montón de cosas y no le estaba dando importancia.

Paso 5: Las concesiones importan

Hay veces que sentiras culpable y no podrás manejarlo como te gustaría. No te obsesiones con el todo o nada. Pej: No puedo venir el viernes porque me voy de viaje y ya tenía planes pero me puedo quedar a trabajar hasta un poco más tarde hoy o mañana. Haz concesiones y vete negociando y poniendo límites poco a poco.

Paso 6: Saca el escudo contra la retórica de la culpa.

Tendemos a pensar que el silencio y una sonrisa son los mejores deflectores del sentimiento de culpa, pero por si no sabes como controlarlo te doy algunas tips de como manejar ciertos comentarios de compañeros o jefes. Basicamente es que tires de ironía, astucia y picardia.

  • “Que pronto te vas” te dice un insufrible compañero. Si, es increible lo poco que me ha costado terminar el informe x”, respondes con una sonrisa.
  • Ayer me quedé en la oficina hasta la media noche, alardea tu compañera de oficina. “Qué fuerte! le respondes, yo creí que me moria esta mañana a las 6.
  • “Convendría que le echaras un vistazo a este proyecto durante el fin de semana. Ah no! que me has dicho que te ibas ¿no? tanteando claramente el terreno.
    Completamente de acuerdo, conviene que le eche una ojeada. Lo haré el lunes al mediodia.

La semana que viene te contaré como decir ¡NO!

Espero que te haya gustado y te resulte útil.

Ahora ya sabes, te agradeceré de corazón que lo compartas en tus redes, con tus amigas y compañeras.

Te deseo un buen lunes y una gran semana.

Un fuerte abrazo,

Marta

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