Aprende a gestionar el miedo ante la toma de decisiones

Desde antes de tener uso de razón, ya tomamos decisiones.

Y desde que empezamos no dejamos de hacerlo ni un solo día de toda nuestra vida: qué comer, dónde ir, qué decir…

Cada día tomamos 35.000 decisiones y de éstas tan solo el 1% o menos, las tomamos de forma consciente.

Y si tenemos tanta facilidad para tomar decisiones, ¿por qué algunas cuestan tanto?

Una vez trabajé con una clienta que me contaba que le costaba un mundo decidir: no sabía si hacía bien el trabajo, si regalaba una escapada a su pareja, si ponía un chiste en un chat de amigos, si cambiaba de trabajo…

El problema de mi clienta era que empezaba con una duda, contemplaba los pros y los contras y ahí ya entraba en la rueda del hámster: “Por ejemplo, veo claro que me quiero cambiar de trabajo y al día siguiente, ¡o incluso a la media hora!, veo claro que no”, me decía.

Lo que le pasaba a mi clienta es que tenía pánico a equivocarse. 

Y lo que mi clienta no se daba cuenta es que solemos pensar que la decisión es buena si el resultado es bueno. Error. Lo es si sabemos aprender de ella.

Dicho esto, ¿se puede superar el miedo a tomar decisiones?

Claro que sí. 

Por eso te doy algunos hábitos para trabajarlo y mejorar en dicho aspecto. 

Recuerda que la constancia es clave si deseas generar un cambio significativo.

Eleva tu autoestima 

Preocúpate por sentirte mejor contigo misma. Un buen modo de lograrlo es elaborar una lista con tus cualidades positivas y negativas para ayudarte a reconocer tus virtudes.

Eres una persona valiosa. No esperes a que te lo digan para quererte.

Recuerda y valora los logros conseguidos en tu vida. Normaliza los malos momentos. Sonríe más a la vida.

Reconócete como responsable de tu vida

Muchas veces, el temor a decidir tiene que ver con que no se reconoce la responsabilidad sobre la vida propia. 

A veces, las personas tienden a culpar a todas las personas de su alrededor por los resultados de sus actos. 

Empieza a verte a ti misma como la única responsable del rumbo que lleva tu vida. 

De no asumir el timón, es probable que un día te des cuenta de que estás viviendo la vida de otro.

Acepta que los errores son parte de vivir

Si las cosas salen mal, debes saber que tomaste la mejor decisión que pudiste con los recursos disponibles. Eso no quiere decir que seas una fracasada o que cualquier otra elección que hagas en el futuro tendrá el mismo resultado.

Después de interiorizar todo lo que hemos hablado, también te animo a que te plantees estas preguntas, que pueden ayudarte a pensar y así tomar una buena decisión sobre una tema que sea importante para ti.

1 ¿Qué quiero yo realmente? ¿Cuál es mi objetivo? 

Si piensas que quieres y como quieres que sea tu vida de aquí a 3 años, ¿qué te respondes? La decisión que vas a tomar, ¿te acerca o te aleja de lo que tú quieres?

Piénsalo.

2 ¿Desde dónde estás tomando la decisión? ¿Desde el miedo donde juegas a no perder?, o ¿Desde la aventura donde juegas para ganar?

¿En qué punto estás tú?

3 Con el corazón en la mano y quitándote todas esas capas de cebolla llamadas excusas, respóndeme, ¿y si no tuvieras miedo? ¿Qué harías? ¿Qué elegirías?

4 Si tuvieras que asesorar a un amigo o una amiga que está en la misma situación en la que te encuentras tú, ahora ¿Qué le aconsejarías?, y ¿Por qué se lo recomendarías?

Es interesante que analices esta perspectiva porque te hace cambiar el foco, de alguna manera es como que sales de tu cuerpo y de tu mente y piensas en una solución más objetiva. 

5 ¿Qué te dice tu sexto sentido?, o mejor dicho ¿Qué te dicen tus tripas?

Todos tenemos una parte racional, pero también tenemos una parte emocional y esto a veces se nos olvida.

6 ¿Cuál es el peor escenario posible? Y por contra, ¿cuál es el mejor escenario que puede darse?

Está muy bien que seas optimista y que quieras que todo salga bien, pero ten presente también que las cosas pueden que no salgan como deseas, prepárate para esto también para saber con qué retos te puedes encontrar.

7 ¿Cuál es el por qué de la decisión, del propósito?

Cuando tomes una decisión, por ejemplo, irte a vivir a un país extranjero, pasas un PARIS – DAKAR, es decir, una travesía en la que te preguntas constantemente si has tomado la decisión correcta, si has arriesgado demasiado … 

Y siento decirte que esta fase también hay que pasarla y lo que te ayuda a pasarla muy bien y más fácil es pasarla conectada con el propósito y con el por qué de tomar esa decisión.

Si necesitas ayuda con todo esto, reserva una sesión gratuita conmigo donde te ayudaré a que tengas claridad sobre tu siguiente paso profesional.

Puedes reservarla AQUÍ.

Y recuerda,

Crea tu buena suerte con confianza, coraje y constancia. Y haz que suceda.

Un abrazo y gracias por acompañarme semana a semana.

Marta

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