Lo queramos o no, gran parte de nuestra vida se rige por el trabajo.
Pasamos largas horas diarias sumergidos en las pantallas del ordenador, rodeados de datos estadísticos, informes y correos electrónicos.
Igual que dicen que “el roce da el cariño” también es cierto que “donde hay confianza da asco” y como es lógico, todo ello a veces da lugar a problemas que enturbian nuestra rutina profesional.
De ahí la importancia de aprender a resolver un conflicto laboral con eficacia.
Ahora dime ¿Qué es para ti un conflicto laboral exactamente” ( si quieres puedes dejarme un comentario abajo del post, estaré encantada de leerte y responderte)
Básicamente, se trata de un desacuerdo entre los colaboradores y/o jefes/líderes de una empresa, ya sea respecto a los objetivos que cumplir o respecto a los métodos a utilizar.
Hoy quiero darte una serie de técnicas que te van a resultar super eficaces en caso de que te veas envuelta en un conflicto laboral en tu empresa.
Vamos a suponer que en el conflicto están involucradas dos partes o personas con nombres ficticios : Ana y Belén.
Ana y Belén han dejado pasar ya el cabreo inicial y lo primero que hacen es parar un momento y reflexionar sobre el conflicto e intentar comprender que está pasando.
¿Conoces la técnica del doble iceberg?
¿No? Pues hoy te explico que es porque es la que vamos a aplicar en nuestro ejemplo.
Esta teoría nos dice que ante una situación que percibo como un problema, debemos atender tanto a lo que veo, el comportamiento de la otra parte-; como a lo que hay por debajo de esa posición – relacionado con la forma de ser de esa persona, sus necesidades, su estado anímico en ese momento, su relación conmigo, etc.-.
En este caso si yo soy Ana (por ejemplo) no solo tendría que fijarme en como se ha comportado Belén, sino que tendría que pensar más allá y analizar como es la personalidad de Belén, cuales son sus necesidades, que estado de ánimo suele tener Belén, que estado de ánimo tenía hoy, ¿considero a Belén una buena compañera conmigo? ¿Qué relación tenemos en el día a día?
Una vez podamos dar más forma a ese conflicto, tenemos que decidir si merece la pena poner las cosas sobre la mesa y abrir un diálogo donde podamos tratar este conflicto de manera colaborativa: esto significa “yo gano/tú ganas“.
Si es así, vamos a por ello y aquí van unos pasos que podemos seguir y que nos ayudarán a sentirnos más preparadas:
- Detecta el conflicto: cuanto antes seamos conscientes de que existe un conflicto que tenemos que tratar, mucho mejor. Cuanto más tiempo dejemos pasar, corremos el peligro de que se nos haga “bola” e incluso que metamos en el conflicto a más personas con el “corre, ve y dile” … ya me entiendes.
- Analiza la situación. Intenta ahondar tanto en lo que hay por debajo de mi comportamiento, como en el de la otra persona.
- Define los objetivos. Pregúntate … “¿Para qué inicio esta conversación?” “¿Qué espero conseguir?”. Si inicias la conversación no pierdas el foco en la conversación, eso es muy importante.
- Facilita las condiciones. Intenta tener tiempo suficiente para poder comunicar a la otra persona tus necesidades, emociones y pensamientos sobre el conflicto y también que puedas escuchar lo mismo de tu compañera. Elije un lugar donde puedas estar tranquila y tener privacidad.
- Debate y busca cosas en común. Llega el momento de ponernos a hablar del tema. Las protagonistas de esta fase son: la asertividad, la empatía y la escucha activa.
- Propón soluciones. Ahora llega el momento de proponer soluciones al conflicto, las cuales tienen que poder satisfacer las necesidades de ambas partes.
- Establece un plan de acción. Cuando hemos elegido la solución adecuada, tendremos que darle forma de plan, y definir las acciones que vamos a llevar a cabo para ello. Si lo dejamos por escrito para formalizarlo y asegurarnos de estar de acuerdo, mucho mejor.
- Mide los resultados. Tendrás que hacer un seguimiento los días/semanas siguientes, para ver si realmente la solución que habíamos elegido es la adecuada y las acciones están solucionando el problema. Si no es así, es el momento de modificar o añadir lo que haga falta.
¿Has utilizado alguna vez esta técnica? ¿Conoces alguna otra más que te haya funcionado?
Cuéntame en los comentarios 😊
Gracias por leerme y seguirme todas las semanas.
Te deseo que pases un gran fin de semana
Un fuerte abrazo,
Marta