¿Has llegado a creer que las cosas no funcionan si tú no estás ahí al pie del cañón?
Error.
Delegar es cosa de líderes. No somos imprescindibles, NADIE.
En serio, si tienes la sensación de que estás todo el día trabajando, de que apenas hay un hueco para ti en la agenda. Trabajas fuera y dentro de casa. Y lo peor de todo, es que has llegado a creer que las cosas no funcionan si tú no estás ahí al pie del cañón, tienes un problema.
Si diriges un equipo y aún no has aprendido a delegar, lo siento, pero el equipo no te va a funcionar.
Beneficios de delegar
Si has llegado a un punto en el que las responsabilidades te desbordan, no puedes más y estás dispuesta a delegar, vas a comprobar en seguida estos 3 beneficios:
Se mejora la productividad Con menos esfuerzos, conseguirás mejores resultados. Tú tendrás tiempo también para abordar los objetivos desde otros puntos de vista y serás capaz de cumplirlos y, además, añadir valor. Por otro lado, contarás con opiniones que a ti solo no se te habrían ocurrido.
Se refuerza el equipo Las habilidades de cada colaborador crecen si le confías responsabilidades. Eso si, gestiona bien las cargas que delegas, es decir, sin abusar y desentenderte de ellas, y se convertirá en una forma de mantener motivada a tu equipo. Se sentirán más implicados y notarán que su opinión y su forma de hacer el trabajo se tiene en cuenta.
Baja el estrés y fluye la comunicación. Cuando estás desbordada y ves que tienes que llegar a las metas, pero que no puedes, el estrés te come. Sientes que nadie entiende tu situación y, aunque te ofrezcan ayuda, no eres capaz de aceptarla porque piensas vas a tardar más tiempo en contarlo que en hacerlo. Delegar requiere una planificación. Cuando te decidas a ponerla en práctica, verás cómo aumenta tu bienestar y cómo te cuesta mucho menos comunicar las indicaciones oportunas.
Una vez visto los beneficios claros de delegar te preguntarás Marta ¿Y esto como lo hago?
Pues bien, ahí van 5 claves para que delegues de una forma eficaz:
1.- Elimina las barreras mentales que te detienen
Confía en que te has rodeado de la gente adecuada, que han aprendido de ti y que le darán un giro distinto a la idea que desarrollaste mentalmente. Recuerda que tu forma de trabajar y de pensar no es la única ni siempre es la mejor.
2- Define las tareas que no se pueden delegar.
Aunque no se pueden delegar lo que sí se puede hacer es buscar una participación cercana de tu equipo, aportando sus perspectivas.
3- Elige las que sí se pueden delegar y por qué.
La forma más eficaz de delegar es haciéndolo porque se necesita otra perspectiva, no solo porque no se tenga el tiempo para hacerlo.
4- Busca al perfil adecuado.
La persona elegida debe de cumplir con las características que te hagan sentir tranquila de haber confiado en ella, y por supuesto tener los conocimientos suficientes como para desempeñar dicha responsabilidad.
5- Dale espacio al feedback.
Deja que comenten sus sensaciones, qué les pareció difícil y cómo lo solucionaron. Sobre eso tratarás de encaminar su proceso de crecimiento para que a la próxima sea aún mejor.
Delegar requiere tres habilidades imprescindibles: confianza en uno mismo y en los demás, comunicación efectiva y capacidad para guiar sin agobiar.
Si has leído hasta aquí es porque algo de lo que he dicho resuena en ti ¿verdad?
¿Te vas a plantear delegar este año antes de irte de vacaciones?
Estaré encantada de que me respondas a través de este correo.
Recuerda,
Crea tu buena suerte con confianza, coraje y constancia. Y haz que suceda.
Un abrazo y gracias por acompañarme semana a semana.
Marta Zúñiga