¿Es el síndrome del impostor algo positivo?

Nadie esperaba semejante confesión. Ella tan segura, tan fuerte, tan triunfadora.

Es diciembre, hace frio. El Elizabeth Garrett Anderson School está expectante ante su visita.

No es la primera vez que va. Ya estuvo hace 9 años.

Solo 300 personas han tenido acceso al auditorio. 40.000 personas se han quedado fuera.

Comparte escenario con la escritora Chimamanda Ngozi Adichie, un referente en la lucha contra la discriminación sexual.

Una estudiante le hace la primera pregunta. ¿Mrs. Obama, cómo se siente siendo un “símbolo de esperanza”?

Ella contestó con esa sonrisa amable: “Todavía tengo un poco de Síndrome del impostor. En realidad, nunca desaparece. Es una sensación que no deberías tomarte en serio. Lo comparto contigo porque todos tenemos dudas sobre nuestras capacidades, sobre nuestro poder y sobre qué es ese poder”.

 


Me imagino las caras de los presentes. What? Michelle Obama es la viva representación del esfuerzo y del éxito. Ella que recorrió el duro camino del gueto de Chicago a la prestigiosa Universidad de Harvard. Con una carrera brillante, considerada una de las mejores abogadas de EE. UU. y con dos legislaturas de Primera dama modélica. ¿Cómo es posible que diga eso? Son muchos éxitos para que parezca que ha sido todo fruto de la suerte. ¿No te parece?

Pero eso es justo lo que significa y como te hace sentir el Síndrome del Impostor. Perciben que las metas que han alcanzado son el fruto de la suerte o de la casualidad, y se atribuyen una falta de competencia que puede ser desenmascarada en cualquier momento. Otras personalidades, como la directora de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg; la jueza de la Corte Suprema de los EE. UU. Sonia Sotomayor; el CEO de Starbucks, Howard Schultz, y las actrices Emma Watson, Natalie Portman y Meryl Streep han confesado lidiar con este tipo de pensamientos tóxicos. Pero eso no ha hecho que el síndrome deje de ser un tabú que se hace fuerte en el silencio de la intimidad, y cada vez más.

Un problema común en personas brillantes

Según Pilar Jericó, el origen del síndrome del impostor está en la auto exigencia. Quienes lo sufren, por muy buenos que sean en el trabajo, muestran un patrón de pensamiento basado en la idea insistente de ser un fraude como profesional, o de que sus habilidades no son dignas de atención. Es un fenómeno tan frecuente como inconfesable, y su incidencia es cada vez mayor. “Es un problema que se está acentuando mucho con las redes sociales, por la obsesión con la apariencia y la necesidad continua de publicar una versión idílica de uno mismo”.

Y no hace falta ser rico y famoso para tenerlo; le puede afectar a cualquiera, aunque es más frecuente entre las mujeres. Sobre todo, en mujeres de alta cualificación que han hecho una pausa laboral o que afrontan un puesto de responsabilidad. Suelen pensar que no están suficientemente capacitadas para el puesto.

Investigaciones recientes demuestran que tanto hombres como mujeres lo padecen, aunque el hombre es menos proclive a reconocerlo.

Nadie es tan brillante como aparenta.

En su conferencia, Michelle Obama también ofreció su receta para desactivar esos pensamientos tóxicos. “He estado en las mesas y comités más poderosos que podáis imaginar. También en ONG, fundaciones, y cumbres del G-20. Tengo un asiento en la ONU. Os aseguro que nadie es tan brillante como aparenta”, resumió.

Según la explicación de la psicóloga Elizabeth Cox en internet, los mecanismos psicológicos de los afectados activan frenos internos que imposibilitan compartir grandes ideas, optar a ciertos puestos de trabajo o pedir merecidos ascensos. Es un virus que ataca el talento y merma las oportunidades. Por eso empresas como Google han puesto en marcha talleres como #IamRemarkable, un proyecto para ayudar a los empleados a tener seguridad sobre sus logros profesionales.

Pero ¿qué puede tener de positivo el Síndrome del impostor?

1. Indica que te estás desafiando a ti mismo. Y cuando hay reto hay crecimiento. Como odio lo de “te saca de tu zona de confort”, no lo diré. Más bien lo que hace es ampliar tu zona de influencia y reduce tu zona de preocupación.

2. Mantiene tu Ego controlado. El ego no asume el control, se tumba en la silla y pone las piernas encima de la mesa mientras se fuma un puro. Al contrario, te mantiene abierto a aprender cosas nuevas y a perfeccionar habilidades.

3.Es una clara señal de que estás ganando experiencia y conocimiento. 

 

Cuéntame si te sientes como Michelle Obama y como afecta el Síndrome del Impostor a tu vida.

Y ya sabes, si necesitas herramientas para combatirlo escríbeme a hola@talentjuice.net

 

Un abrazo y recuerda…

Crea tu buena suerte con confianza, coraje y constancia. Y haz que suceda.

Fuentes: El País. Forbes.BBC.

 


 

2 Comentarios

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  • Qué bien, Marta!!!! muchas gracias! me ha encantado el Post. He descubierto que tengo un nuevo síndrome. Bueno, en realidad, ya sabía que lo tenía, pero no que tenía nombre. Me ha ayudado bastante a darle sentido a varios quebraderos que me rondan a menudo. Bienvenido a mi casa, Impostor. Pase y acomódese, nos queda una larga vida juntos y quiero conocerle bien. Empezamos?

    • Gracias Bárbara! Todo síndrome tiene algo positivo. Te ayuda a estar al pie del cañon y a querer aprender y a crecer todo el rato.Así que no hay mal que por bien no venga:-) Un abrazo y gracias siempre por esa honestidad y por tus comentarios.

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