Septiembre ¿será otra vez el mes donde no vas a hacer nada con tu carrera profesional?

Ha llegado la hora.

Termina el verano, y después de estar prometiéndote a ti misma durante todo el mes de agosto que es hora de cambiar de vida, llega septiembre. “Cuando terminen las vacaciones preparo mi currículum y busco trabajo”.

Llevas diciendo esta frase durante los últimos días y, al fin, ha llegado el momento. Aún no sabes por dónde empezar, pero ya está decidido: este mes vas a buscar un nuevo empleo.

Y es que, para muchos, el año comienza en septiembre.

Para mi por lo menos el año comienza en septiembre y acaba en julio.

El noveno mes del año tiene ese “je ne sais quoi” que nos recuerda a nuevos retos y propósitos tras la vuelta de las vacaciones y la recarga de energía.

Es por eso por lo que muchas personas deciden iniciar también un nuevo rumbo en el ámbito laboral y buscar un nuevo trabajo.

Casi el 30% de las personas que buscan nuevos retos profesionales lo hacen tras las vacaciones. Y este 2023, el año de los grandes cambios y transformaciones, va a ser mucho más.

Emprender una nueva etapa laboral a veces responde a una decisión meditada y otras, en cambio, no es más que la respuesta a un impulso. Y en ambas situaciones podemos acertar o equivocarnos. Nadie tiene la bola de cristal del futuro laboral de cada una de nosotras.

Por eso en el post de hoy te voy a dar una serie de claves para conocer las necesidades de las ofertas de trabajo.

Antes de ello quiero que recuerdes esto: empezar con malos empleos aumenta el riesgo de encadenar otros malos empleos. Por eso, es aconsejable no hacer una búsqueda compulsiva de ofertas laborales e inscribirse a todas ellas.

Septiembre es el gran mes de los retos personales

El último trimestre del año es, en general, un buen momento en el que las empresas ponen en marcha nuevas campañas, marcan objetivos para el año siguiente…

Pero ¡ojo!: En septiembre, las empresas regresan a la actividad normal y comienzan a preparar los objetivos del próximo año, es cuando termina el mes de septiembre cuando se sabe exactamente qué perfiles se necesitan y cuáles se van a incorporar.

Las empresas en octubre ya tienen los presupuestos del siguiente año fijados y, por lo tanto, saben en qué medida tendrán que ampliar las plantillas. Por eso los procesos de selección suelen lanzarse en otoño.

Por lo tanto, aquellos perfiles que buscan nuevos desafíos tienen una oportunidad excelente para contactar con los reclutadores; mucho mejor que otros periodos, como Navidad o verano, más relacionados con las campañas específicas y donde los objetivos son más a corto plazo.

Septiembre es el peor mes para diferenciarse

Es cierto que septiembre y octubre son meses de mucho ajetreo en las empresas y que todos los equipos están muy ocupados cerrando presupuestos. Aunque esto puede ser beneficioso porque surgen nuevas necesidades, también hay que tener en cuenta que los equipos directivos tendrán menos tiempo para analizar en profundidad a todos los candidatos.

Por eso, es muy importante saber diferenciarse de forma creativa, única y con estrategia, teniendo en cuenta que mucha gente busca trabajo en estas fechas y, por lo tanto, la competencia es mayor.

¡Tu CV tiene que destacar si o sí!

Además, al ver una oferta que le interesa a una, es necesario mover el currículum de manera rápida, porque si pasa el tiempo se corre el riesgo de que desde Recursos Humanos no acepten más candidatos una vez que ya tienen una cifra considerable de candidatos válidos.

Además, es importante adaptarlo al puesto: no se debe enviar el mismo currículum a todas las empresas, sino que una vez que se escoge la oferta a la que se va a enviar, es importante adaptarlo a esa en concreto.

Empleos precarios

En una situación tan delicada como los altos índices de desempleo y las dificultades económicas que atraviesan algunas empresas en estos momentos nos obliga a prestar mucha atención a aquello que nos ofrecen.

Hay que leer bien las condiciones, preguntar sin reparo sobre las mismas y analizar racionalmente los objetivos profesionales que queremos marcarnos. La búsqueda asertiva nos ayudará a largo plazo a construir un bienestar personal y laboral más duradero.

La diferencia entre tomar la decisión en caliente o recapacitar largo y tendido nos servirá para un fin aún mayor: emprender un proceso de autoconocimiento personal que sí tendrá consecuencias positivas sobre nuestra carrera y, en consecuencia, sobre nuestro bienestar personal.

Es fundamental comprender que cambiar de trabajo no ocurre de la noche a la mañana. Se necesita tiempo, preparación y una mentalidad de crecimiento.

 Y ¿cuál es el secreto para obtener una mentalidad de crecimiento? Aceptar desafíos, persistir ante los reveses, ver el esfuerzo como el camino hacia la maestría, aprender de la crítica y encontrar inspiración en el éxito de los demás.

Porque redescubrir nuestro verdadero propósito para mejorarlo supone un gran trabajo.

Recuerda,

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Un abrazo y gracias por acompañarme semana a semana.

Marta Zúñiga

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