Te digo algo: dejar de asumir retos es dañino.
Merma tu autoestima y la seguridad en ti misma, tienes que aprender a tolerar la incertidumbre.
Lo sé, cambiar es uno de los temas que más nos cuesta a nivel personal y profesional.
Las cosas que conocemos nos transmiten seguridad porque son previsibles y las tenemos bajo control.
Pero una tiene que orientar su brújula hacia el Norte que considere más oportuno, con visión clara y con determinación, sin tener miedo a los cambios.
Si no hay cambio no hay evolución, no hay vida.
Así que, en el post de hoy, quiero compartir contigo ideas que te pueden ayudar a no tener miedo a los cambios, son ideas que yo misma utilizo y reflexiono cada vez que tengo que tomar una decisión que implica cambio.
- Es normal que tengas miedo
La razón más consciente por la que las personas tenemos miedo a cambiar de trabajo es por miedo a no ser lo suficientemente buena.
Cambiar da miedo, sobre todo cuando no sabemos si el cambio será para mejor o para peor.
Los sentimientos de no estar suficientemente preparada para el trabajo que te ofrecen son habitualmente manifestaciones de dudas sobre ti misma. Pero hay muchas formas de superarlas.
Y esto sucede incluso cuando los cambios nos pueden llevar a tener más éxito del que tenemos ahora.
Conseguir lo que más queremos en la vida puede ser aterrador, y es que hay una enorme responsabilidad en triunfar: implica tomar decisiones importantes, trabajar más y más duro, asumir que ciertas cosas se escaparán a nuestro control… etc.
MI CONSEJO: Haz cosas que te den miedo cada día. Cosas pequeñas que te ayuden a tener la sensación de superación.
- Cambia poco a poco
No te vengas arriba y quieras cambiar todo de la noche a la mañana.
Un ejemplo que te puede ayudar a entender esto: observa como un alpinista sube al Everest, como se adapta poco a poco , sube hasta 6.000 metros, baja. Sube hasta 6.500, baja hasta 6.000. Acostúmbrate a dar pequeños pasos hacia tus objetivos, de nada sirve correr demasiado.
MI CONSEJO: Vive el ahora, no te ansíes por conseguir las cosas deprisa y mal solo porque el pensamiento del futuro te presiones. La ansiedad al cambiar de trabajo está basada en los pensamientos sobre el futuro. Recuerda que la mayoría de las cosas a las que temes no pasarán nunca.
- Pase lo que pase, acéptalo
Si hace dos años te dicen que vas a vivir una situación de pandemia mundial ¿Lo creerías? Seguramente pensarías que la persona que te lo está diciendo no anda muy bien de la cabeza ¿verdad?
Ni tú ni yo ni nadie es dueño de lo que nos pueda ocurrir en los próximos años.
Si te digo, que podemos crear condiciones favorables para conseguir los objetivos deseados.
Por eso tienes que aceptar lo que ocurra, pase lo que pase, no podemos vivir en la negación a los hechos toda la vida.
MI CONSEJO: Equivocarte puede ser una buena oportunidad para conseguir más información sobre lo que se te da bien y lo que no. Intenta pensar en el fracaso como un feedback que necesitas para mejorar.
- Las que cambian son las que consiguen nuevas metas
Las que se atreven, las que dan un paso, las que lo intentan una y otra, y otra y otra, son las que lo consiguen.
Te has llegado a preguntar que si no lo has conseguido es ¿porque no lo has intentado lo suficiente (o porque tu estrategia era equivocada)?
Estoy convencida que todas podemos alcanzar las cosas que queremos, y quien no lo ha hecho no es por falta de capacidad o habilidades, sencillamente es la manera de en qué plantea y enfoca sus objetivos.
MI CONSEJO: Para crear el futuro que quieres, planea tus días de manera detallada. Llénalos con tareas que fortalezcan tus habilidades y te pongan más cerca de las metas que tienes planteadas.
Recuerda que a lo largo del tiempo los individuos que subsisten no son los más fuertes sino los que se adaptan mejor al cambio.
Cuéntame, si en el plano laboral estás que “ni para adelante ni para atrás” ¿qué es eso que tanto miedo te da y que te impide avanzar?
Crea tu buena suerte con confianza, coraje y constancia. Y haz que suceda.
Si necesitas ayuda, contacta conmigo en hola@talentjuice.net
Un fuerte abrazo,
Marta