Ya sabes mi querida lectora de Por fin es lunes que el tiempo y la energía hay que aprovecharlos al máximo porque son bienes limitados.
Si quieres trabajar menos y aun así prosperar debes saber dónde invertir estos dos valiosos recursos.
Aprovecho para introducir un concepto tan sencillo como:
Más astucia y Menos esfuerzo.
Y aquí es donde cobra sentido el titular de esta semana, que igual te ha chocado un poco.
Los zorros son astutos y meticulosos, un carácter que nos viene “al pelo” para esta idea. (Iba a crear un acrónimo, pero no quedaría muy decente).
Detectan instintivamente las mejores oportunidades y esta habilidad les permite cazar cuando y como quieren, pero con el mínimo esfuerzo. ¿Interesada?
El primer paso práctico y fundamental para ser “más zorra” es replantearte la relación entre tiempo y productividad.
Durante mucho tiempo se ha tenido la idea de que cuanto más tiempo trabajaras más productivas eras. Yo creo que, cada vez más, las empresas son más conscientes de que no se trata de las horas que trabajas sino de lo astutamente que lo haces.
Conozco profesionales que aun teniendo jornada reducida han mantenido su nivel de productividad.
La cultura española es muy de calentar la silla y de criticar y mirar mal al que no lo hace. ¿Te resulta familiar? ¿No te parece un error?
Al final la empresa va a valorar tus resultados, que es lo que le interesa y a ti también.
Teniendo esto claro, vamos a ver cómo puedes ser más zorra = astuta y llegar al nirvana profesional. Más astucia y menos trabajo.
1. La norma del 80 – 20
Imagino que te suena porque no es la primera vez que te hablo de ella. Según esta norma el profesional desperdicia el 80% de su tiempo en tareas improductivas que tratan de ser productivas. Mi recomendación es que priorices, por orden de importancia. Empieza por las que te acerquen más a tu objetivo semanal, mensual, semestral o anual. Cuidado con las urgencias, un día lleno de urgencias es señal de mala organización de tu trabajo y de tu tiempo. Organiza tu día con cabeza, párate y piensa. No empieces a correr desde que llegas a la oficina. Y si, es posible. Créeme.
2. ¿Estresada? Deja de mirar el móvil, internet y los emails cada 5 minutos.
No dejes que la tecnología te controle. Una investigación llevada a cabo en la empresa de coches Cadillac puso de manifiesto que internet, los emails y el móvil eran responsables e 4 horas de improductividad. Además, un tercio de los encuestados manifestaban sufrir estrés por tener tanta cantidad de emails. Organiza tu tiempo y establece límites de uso.
3. Sé la primera en proponer un plazo a los proyectos.
Si es posible anticípate y propón el plazo del trabajo pedido, antes de que tu jefe/a te lo diga. De este modo puedes marcar el ritmo del trabajo. Sé realista también, no propongas algo que no puedes cumplir.
4. Sé exhaustiva. Mira el trabajo con lupa antes de dar una respuesta.
No pasa nada por decir, lo miro y te digo algo en x tiempo. Valora el volumen del trabajo, cuantas horas le vas a dedicar y se es compatible con otros proyectos que tienes en marcha. De esta forma estás organizando tu tiempo en base a los trabajos de una manera inteligente. No te dejas llevar por el día a día.
5. Conviértete en una adicta al trabajo oportunista.
Es decir, aprovecha cada momento que no tengas niños, pareja, compromisos para trabajar como una loca y sacar todo el trabajo posible. Los viajes son un gran momento para ser una “workaholic temporal”.
6. Pon límites a tu horario.
Informa a los demás hasta cuando vas a estar en la oficina. Si has estado viajando y quieres entrar más tarde a trabajar o que no sales a comer y te vas antes. O que siempre te vas a las 6, “no matter what” y si hay necesidad te puedes conectar por la noche y trabajar desde casa. Sólo si es imprescindible. Porque también tienes una vida y es importante disfrutarla. Yo tenía un director general que iba a bañar a su hija y le daba la cena y después volvía a trabajar. Hay mil fórmulas para no salir a las mil.
¿Qué te parece la idea? ¿Vas a ser más zorra con tu tiempo y esfuerzo? Eso espero.
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Te deseo un buen lunes y una gran semana.
Un abrazo,
Marta