¿Cómo educar niños emocionalmente fuertes? 10 consejos

Esto se debería enseñar en los colegios, me decía una de mis clientas de Por fin es lunes en una sesión.

Ya es un hecho reconocido que todos aquellos niños que son capaces de identificar sus emociones, tienen una mayor probabilidad de obtener un mayor rendimiento académico y estarán más preparados para el mundo laboral.

No obstante, según René Diekstra, profesor de Psicología de la Universidad de Utrecht, la educación actual impartida en las escuelas convencionales todavía comete los siguientes tres errores:

1. Que la razón no sirve para nada sin las emociones. Durante siglos creímos que las emociones estaban enfrentadas a la razón, que eran el lado oscuro que había que reprimir.

2. No aceptar que los maestros tienen que lidiar con la diversidad cultural que existe actualmente.

3. La jerarquización de las asignaturas, que arrastramos de siglos pasados.
Es perjudicial colocar en último lugar, detrás de lengua, matemáticas y las humanidades las materias creativas y artísticas.

Para corregir estos errores es necesario introducir en las aulas el aprendizaje social y emocional.

En muchos colegios no enseñan, todavía, habilidades sociales, emocionales y éticas.

Si quieres ser un buen estudiante tienes que aprender a dejar de lado, momentáneamente, los pequeños placeres y disciplinarte para hacer los deberes. Esto no se enseña en matemáticas o en geometría.

Un niño que conoce las emociones funciona mejor. Porque si tiene miedo a fracasar no te dirá los deberes son un asco, te dirá, me da miedo no ser capaz de terminar mis deberes y así será más fácil ayudarle.

Enseñar a tus niños a entender las emociones de los demás, es clave para su educación y su madurez. Sobre todo, en la adolescencia, suelen mal interpretar la preocupación con el enfado.

Si enseñas a tu hijo a interpretar bien las emociones de otros mejorará su capacidad de conectar y de empatizar con ellos.

¿Qué es la inteligencia emocional?

¿La Inteligencia Emocional es otro tipo de inteligencia como la espacial, la lingüística, la matemática o la musical?

En realidad no. En nuestro cerebro no tenemos un módulo de nuestra inteligencia dedicado a las emociones. Tampoco se trata de una de las inteligencias múltiples descritas por Howard Gardner.

Según esta teoría, existen diferentes tipos de inteligencia relacionadas con campos o habilidades concretas como la lógico-matemática o la musical.

Pero cuando hablamos de Inteligencia Emocional hacemos referencia al funcionamiento de todo nuestro cerebro en su conjunto.

Durante siglos, la ciencia no consideraba las emociones como materia de estudio, motivo por el cual la sociedad las obviaba y no las tenía en cuenta a la hora de tomar algún tipo de decisión o de emitir un razonamiento.

Ahora sabemos que la razón se ve afectada constantemente por la emoción. Ambas van siempre de la mano y parecen ser inseparables. Supongo que de esto ya te habías dado cuenta ¿verdad?

Esto se debe a que nuestras experiencias, así como nuestros pensamientos y sentimientos modifican constantemente las conexiones entre neuronas. Por este motivo tenemos que asumir que nuestra inteligencia siempre lleva cierta carga de emocionalidad.

¿Qué sucede cuando somos mayores? ¿Arrastramos esta carencia de inteligencia emocional? Desgraciadamente sí.

¿Es fácil comprender las emociones? Sí y no.

¿Es fácil detectar si estamos nerviosos o tristes o estresados?

No, porque suelen estar mezcladas.

Si te digo estoy enfadada contigo y resulta que, si profundizas un poquito más te das cuenta que el enfado viene porque la relación no va bien, porque tengo miedo a que seas mejor que yo, a que tengas más reconocimiento. En el fondo tengo miedo al fracaso, al rechazo, al final intervienen varias emociones.

¿Cómo criar niños emocionalmente fuertes, capaces de adaptarse a diferentes situaciones, a ser flexibles y razonables?

1. Asegúrate que, en tu casa, la alegría pesa hasta 5 veces más que las emociones negativas. De esta forma los niños crecen más seguros, con menos miedo, más abiertos a comunicarse, a explicar, a preguntar.

2. No sobreprotegerle. Un niño dependiente será un niño inseguro e influenciable en el futuro.

3. Enséñale a resolver problemas por sí mismo. Le dará confianza.

4. Dile que le quieres y demuéstraselo. El amor es la piedra angular de su vida.

5. Felicítale más por su esfuerzo que por el resultado obtenido. Así no desistirá en intentar conseguir sus metas.

6. Haz lo que dices que vas a hacer. Si no perderá la confianza en ti.

7. Ensénale a no tirar la toalla, a no caer en el victimismo y a como lo que piensa influye en el resultado de lo que vaya a conseguir.

8. No digas que si a todo. Uno de los grandes problemas que ya se observan en las universidades es el poco nivel de frustración que tienen los jóvenes. No saben gestionar el no.

9. Ayúdale a conocerse bien, Sus fortalezas y sus miedos.

10. Crea un entorno seguro, cálido y estimulante, donde se sienta cómodo para experimentar y fracasar sin que se le juzgue negativamente por ello.

Gracias por leerme y espero que te haya gustado el post de hoy.

Tal vez no te he descubierto nada nuevo o tal vez sÍ. De todas formas, pregúntate,

1. ¿Cuál necesitas trabajar más con tus hijos? Elige 2 que quieras empezar a
reforzar.

2. Reflexiona sobre que estás haciendo bien ya y vas a continuar haciendo.

3. Qué vas a dejar de hacer. 2 cosas.

Compártelo si te ha parecido interesante!

¡Te deseo que pases un buen lunes y una gran semana!

Un abrazo,

Marta

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